De: Roque Dalton
Los muertos están cada día más indóciles.
Antes era
fácil con ellos:
Les dábamos
un cuello duro una flor
loábamos sus
nombres en una larga lista:
que los
recintos de la patria
que las
sombras notables
que el mármol monstruoso.
El cadáver firmaba en pos
de la memoria
Iba de nuevo
a filas
y marchaba al compás de nuestra vieja música.
Pero qué va
los muertos
son otros desde entonces.
Hoy se ponen
irónicos
preguntan.
Me parece
que caen en la cuenta
de ser cada
vez más la mayoría!
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