Fecha y lugar de nacimiento: 28 de julio de 1874. Montevideo, Uruguay.
Fecha y lugar de muerte: 8 de agosto de 1949. Montevideo Uruguay.
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Ciudades donde vivió Torres García |
Algunas de sus obras:
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América fría. Óleo sobre cartón. 1943. |
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Composición simétrica universal. Óleo sobre tela. 1931. |
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América Invertida. Tinta sobre papel. 1946. |
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Constructivo con campana. Óleo sobre tela. 1932. |
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La coru. Visión de un forastero. |
Textos del pintor:
Texto extractado de
Estructura, 1940
La pintura es un
arte abstracto; pero esto hay que explicarlo.
Comúnmente llámese abstracto a todo lo que es de orden mental: las ideas los conceptos. Y llámese concreto, a lo que es real, objeto tangible o acto. De manera que todo lo que se refiere a lo intelectual, o mental, decimos que es abstracto y todo aquello que es real, o sea, que ocupa un sitio en el espacio, o llena una parte del tiempo, decimos que es concreto. Decimos que (la pintura) es abstracta, porque en vez de imitar la realidad, procede con elementos plásticos absolutos. Porque, la realidad, entonces, solo nos sirve de pretexto para establecer, encima del lienzo una verdadera orquestación de tonos o valores, a fin de llegar a una poesía y a una musicalidad de la pintura, que entonces, para nosotros, constituye su verdadero fondo. Es decir, que la razón de ser de la pintura, es para el pintor, pintar y no imitar. Los elementos plásticos, tonos, colores y formas absolutas, se representan a sí mismos, sin hacer referencia a nada, o muy en segundo término; y por este motivo son bien concretos. La pintura, pues, es abstracta en cuanto es arte que se gesta en el espíritu, sin querer copiar o imitar; y es concreta, en cuanto los elementos que ponemos sobre la tela, que son absolutos; como un plano de rojo o de negro, un ángulo o una forma, que tienen un valor en sí. Joaquín Torres García. 1940
SECCIÓN ÁUREA
Textos extractados
de Universalismo Constructivo y Estructura
Al trazar nuestros
diseños, no hemos tenido en cuenta la dimensión de los objetos tal como están
relacionados en la realidad (aquí pueden ser de igual tamaño una botella y un
hombre), porque esta dimensión relativa (real) no nos interesa. Nos interesa o
puede interesarnos si la dimensión marca jerarquía; es decir, si tiene
significado; pero sobre todo, la dimensión nos interesa como proporción. De ahí
que conviene que el dibujo sea planista (geometral) a fin de que todo pueda
medirse y así establecer relaciones armónicas.
No nos importa la deformación, porque ya hemos cortado con el orden normal para ponernos en un orden estético. El artista opera con formas y no con cosas, porque lo que él está haciendo es un ordenamiento plástico, y no la reproducción de un aspecto natural. Nuestro sistema de proporciones se basa en la llamada sección áurea (el segmento dividido en media y extrema razón) y que, en números es esto, y para que lo entienda: a/b = b/( a+b) Dicho de otra manera más simple, se reduce a esto: A es a B, como B es a C. Numéricamente, la proporción es: 0,618 = 1/(1+0,618) La manera práctica de encontrar tal proporción (aparte de la matemática) se reduce a trazar un pentágono y luego con él, la estrella de cinco puntas cuyas intersecciones nos darán la sección áurea. Pues bien: hallada la proporción, no tenemos más que fabricarnos un compás basado en ella, y que será éste: No moverse de esta regla, sea para lo que sea. Más adelante volveremos sobre este tema. Después, es importante establecer el equilibrio en el cuadro. Conviene situar los puntos armónicos como en un sistema de contrapunto. Me explicaré: crear un desequilibrio para luego restablecerlo. Así obtendremos un funcionalismo en los planos del cuadro o en los volúmenes de la escultura y arquitectura. Hay que partir, pues, de lo asimétrico. Ahora se comprenderá lo importante que es el plan ortogonal para el ordenamiento de una obra. Joaquín Torres García. 1934,1940 |
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