Por: Máximo D'Elía Leyton
La alegría fecunda, el dolor da a luz. William Blake
En el embarazo la premisa de Blake queda
comprobada.
La transformación de la madre, hormonal, corporal, emocional es naturaleza en pleno movimiento. Implica cambios a veces dolorosos incluso en algunas ocasiones cambios irreversibles. Después de nueve meses parir de forma natural, produce una dilatación de 10 cms. en el útero lo cual conlleva un dolor que alumbra, da luz, vida.
La transformación de la madre, hormonal, corporal, emocional es naturaleza en pleno movimiento. Implica cambios a veces dolorosos incluso en algunas ocasiones cambios irreversibles. Después de nueve meses parir de forma natural, produce una dilatación de 10 cms. en el útero lo cual conlleva un dolor que alumbra, da luz, vida.
Si bien
no puede negarse en este acontecimiento la prodigiosa naturaleza, me pregunto
¿Por qué? es constantemente escamoteada como si no fuera ni prodigiosa ni
natural.
Las
nuevas tecnologías y sus personeros se refieren a la naturaleza como algo
prehistórico, al dolor como algo inútil
y evitable. Se utilizan en el alumbramiento métodos alternativos para
inhibir el dolor, si bien ayudan en situaciones donde se presenta un riesgo no
son imprescindibles.
Si
convenimos en que la naturaleza es la gran maestra y lo normal en el cuerpo es
la salud, muchas maneras de anestesiar hoy en día resultan innecesarias.
Pseudo-pseudociencias
como la psicología, la psiquiatría o Mengeles ultrapostmodernos consideran al
dolor como una enfermedad ante la imperiosa necesidad de convertir al planeta
en un “mundo feliz” donde nada perturbe el bienestar crónico, también llamado
tedio, enajenación, aburrimiento, alienación.
El
dolor pues ya no debería de formar parte del proceso en el crecimiento humano.
Una
frase como nada enseña más que el sufrir
y el llorar debe ser considerada como una invitación a lo prohibido.
El
dolor de los niños al caerse, rasparse las rodillas, abrirse la boca; las articulaciones al crecer, el dolor de la
salida de los dientes, el de la caída de los dientes, el dolor de la impotencia
ante un acto injusto, el dolor de romperse un hueso, el dolor de la desilusión,
el dolor de la renuncia, el dolor de la traición, el dolor de la primera vez,
el de la última vez, el de la pérdida, el dolor de irnos naciendo a nuevos
estados de conciencia, el dolor del cambio de la transformación, son parte del
proceso natural de crecimiento.
Si el
precio de la sensibilidad es el dolor, y el dolor resulta antinatural,
diagnosticado incluso como enfermedad ( sobre todo en el ámbito emocional)
entonces la receta es:
erradicando
la sensibilidad desaparece toda posibilidad de dolor.
Si se
piensa en víctimas de tortura, existe un momento en que se agotan las fuerzas,
la resignación, el sinsentido, y la muerte, ganan en el cuerpo aun vivo, y la
persona se vuelve insensible. Cuando el dolor es insoportable, la
insensibilidad es el medio para evitar dolor.
¿Tiene
acaso esto, alguna relación con la insensibilidad epidémica de nuestro tiempo?
¿Qué
está provocando un dolor insoportable en los adentros del ser y en los afueras?
En la
edad antigua el dolor era el perro guardián de la salud, en la edad media,
redención o castigo, en la ultrapostmodernidad se ha medicalizado.
Superabundancia de drogas adictivo-destructivas legales para combatir al gran ejercito
de dolores en extraño pero vertiginoso aumento como depresión, antes melancolía, pánico,
miedos, déficits entre un variado cóctel de males amenazantes.
Los
diseñadores, fabricantes, distribuidores y demás familiares del conde Drácula, venden
a precios relativamente altos la felicidad crónica. Alma, mente y cuerpo son
los tres pesos que se pagan para ser feliz a perpetuidad.
Dicho
de otra manera: el dolor es un gran maestro destituido por una puta
descerebrada que se
obstinan en llamar felicidad.
El
dolor es un defecto que debe ser superado, es un proceso inútil en vías de
extinción.
La
insensibilidad que arroja como resultado un Zombie (tan de moda, seré curioso)
exige
cada vez más víctimas tanto en la realidad, como en la ficción. ¿Se necesita
cada vez más por que se es cada vez menos?
El
dolor como función instintiva de alerta, precaución, ó como aprendizaje y
experiencia, está siendo desmantelado para facilitar el suministro de anestesia
diaria por parte de drogas visuales fabricadas en los laboratorios de los
medios de estupidización masiva.
La
empatía, aquella infección epidémica que cobró muchas víctimas en los años 60s
del siglo pasado, ha sido curada tan sistemáticamente que si hoy nos enteramos
de que el 90% de las víctimas mortales en Irak, eran civiles, nos arroja una
cifra donde solo se atina a la onomatopeya, y acto seguido lo importante se impone.-¿Ya
viste el capítulo que te faltaba de la serie…?
curiosamente producido por el mismo país responsable del genocidio en
turno.
Los
muertos dejan de ser hijos, hermanos, sobrinos, nietos de alguien.
Si no
es nuestro problema, no hay ningún problema. Esos muertos ahora le pertenecen
al olvido. ¡seguramente se lo merecían!
La
mentira solía doler en tiempos donde se buscaba la verdad, hoy la mentira es la
verdad, y la verdad un eufemismo para improductivo.
Nada
debe ser doloroso, evitarlo es la misión de los anestesiólogos profesionales, a
los que en el barrio se les conoce como “el sistema”.
Ahorrarse
el dolor forma parte del nuevo plan económico metafísico del orden mundial.
No te
enamores, ahorra dolor, trabaja duro para contribuir al progreso, al sistema,
ahorra dolor, el tiempo es oro, produce, ahorra dolor, drógate: prozac,
ribotril, celular, t.v., cine propaganda, videojuegos, crack, coca, anfetaminas,
ahorra dolor, asegúrate, gradúate, certifícate, inscríbete, postgradúate,
doctórate, recíbete, alineate, estandarízate, unifórmate, condiciónate, ahorra
dolor.
¿La
amenaza ininente a la integridad humana en todo ámbito, es tan grande que para no
entrar en estados de catatonia, nos dosifican lo imposible de aceptar con altas
dosis de anestesia?
El hombre no se destruye por sufrir, el
hombre se destruye por sufrir sin ningún sentido
Victor Frankl.
No se
sabe para qué se sufre, por qué se sufre, si aparentemente tenemos al alcance
variedad de antisufridores. Será que la deshumanización , o sea el hombre sin
esencia, humano
sin humanidad, implica dolor y sufrimiento por cualquier costado.
Duele
en el cuerpo lo que indigna en la conciencia para lo cual es indispensable
tener una. Poder sentir el dolor es estar en contacto con el sufrimiento propio
y ajeno, expresarlo. La negación del dolor se logra a través de cegueras,
sorderas, indiferencias, egoísmos selectivos y automáticos.
El
umbral del dolor es directamente proporcional al nivel de conciencia.
Dolor-Conciencia-Acción.
Giordano Bruno, Galileo Galilei, Servet, Séneca, Sócrates,
Van
Gogh, Biko, Luther King, Ernesto Guevara…
Parece como si se hubiera descubierto una
enfermedad a raíz de la invención de un remedio. Como ya existe el prozac me
puedo deprimir tranquilo.
Ya
existe solución a un proceso natural que se niega como tal.
Dónde
estaban la cantidad de trastornos y enfermedades diagnosticados actualmente
hace 20 años, hace 30 años, 40, 50, 100 ¿dónde estaban?
Los
“progresos” en la ciencia y tecnología los han descubierto, o los han creado en
laboratorio para ensuciar la casa y después vender productos de limpieza.
Será
que tantos psicólogos y psiquiatras necesitan un planeta enfermo, pacientes en
potencia, enfermos de humanito y de humanidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario