¿Relativismo o
neo-nihilismo?
Bueno ¿cada quién
no…?
Las culturas que
denigran a la mujer son ¿crueles, discriminatorias, racistas? Aprobar esto como
algo que solo concierne a dichas culturas es abrirle la puerta al virus de la
indiferencia.
Si la verdad es
relativa al individuo. Si todos los puntos de vista son igual de válidos.
¿Existe el derecho para castigar al responsable por amputar el clítoris de una
mujer, o son solo usos y costumbres?
¿qué sería estar
equivocado?
Cada quien recibe la
información desde sus filtros culturales.
Cada quien ve hasta donde su
ignorancia se lo permite.
De ahí la famosa
frase: “el que no sabe es como el que no ve”
Tiempos de
relativismo son estos donde se legitima la arbitrariedad como signo de
libertad. Los filtros por los que se
decodifica la realidad son: cultura, lenguaje, valores, creencias, actitudes,
expectativas, intenciones.
Si hablara de
fotografía podría nombrar diferentes objetivos: Zoom, normal, gran angular,
telefoto, macro, ojo de pez, entre otros. Estos dirigen los rayos de luz
(información, datos) hacia un censor que lee y capta. De la misma forma los
filtros de la cultura, leen y captan con relación al grado de ignorancia,
conocimiento, y características tanto
particulares como generales de cada filtro.
La actualidad revela
constantemente la vigencia del relativismo como
medio para justificar cualquier “postura ideológica”
Todos los puntos de
vista son igualmente validos.Una manera consensuada en la indiferencia para
poder admitir cualquier cosa como valida.
Luego entonces si el
violador se contenta violando, si el empresario explota a sus trabajadores para
enriquecerse, si un presidente promete y no cumple sus promesas, si al
sacerdote le gusta amar a los niños carnalmente, “por algo será” todo se
justifica en pos de la necesidad individual. Cada quien responde a sus
intereses. Si no se necesitan argumentos para sostener las acciones, la moral
se hace innecesaria, inútil.
El umbral de verdad
depende del grado de ignorancia de cada individuo.
La verdad no se acepta
porque compromete, incomoda, molesta, genera una responsabilidad que impide
ponerse a la altura de las circunstancias.
Si todos los puntos de
vista son igualmente validos ¿qué sentido tiene mirar, percibir, sentir,
escuchar, conocer, experimentar? ¿Escucha igual un músico que un deportista? ¿mira igual un
pintor que un ingeniero?
¿Para qué sirve que
alguien se preocupe por aprender a mirar?
si al final se quiere creer que todos
miramos lo mismo.
Se estandariza hasta
la forma de ejercer la sensorialidad.
El sabio y el necio no miran el mismo árbol
William Blake
¿Es lo mismo un vaso
con agua, que un charco, que un estanque, que un lago, que una presa, que un
río, que un mar, que un océano? Todas poseen en común el agua, pero son
importantes y numerosas las
diferencias.
Todos los libros tienen páginas, palabras. ¿Todos son literatura?
Una vez más se
adivina que la mentalidad impuesta conduce a la estandarización, a la
uniformidad, a la desaparición de las cualidades y defectos individuales, lo
que hace únicas a las personas.
La arbitrariedad es
tan flagrante que pareciera que hablar de verdad es algo reaccionario y que
responde en mayor medida a una cuestión meramente subjetiva o a una cuestión incluso de gustos. Se impide el
pensamiento original debido al estándar generalizado del tan cómodo ¿bueno pus
cada quién no? Un facilismo
ante la flojera de pensar, de argumentar, de tomar postura, de tener una
posición.
Así el mundo se ve
sin pasión, sin interés, sin ideales. El resultado de esto es una
sociedad vacía de sentido, campo fértil para la tecnocracia y el mundo de los
emprendedores, exitosos, calificados eficientes y profesionales que propone como
modelo el sistema neo-liberal.
Aquél que se suma a
las filas del relativismo negativo, deja de sentirse solo y aislado, forma
parte de un grupo de relativistas incapaces de afirmar algo, de tener una
postura o de defender una idea o principio. Se tiene mucho miedo a creer en
algo, se tiene mucho miedo de acertar y equivocarse. Signos de existencia cada
vez más carentes de sentido.
Los puntos de vista
dependen de puntos de referencia.
El problema es la
ignorancia de referentes. Desde dónde es conveniente tomar la foto para
optimizar las capacidades de un lente fotográfico determinado, dependerá de las
posibilidades de la cámara y del lente para saber donde ubicarse para tomar la
foto.
Si cada quien se
acomoda donde le parezca, sin saber de ángulo,luz, profundidad de
campo, luminosidad del objetivo, entre otros referentes, lo que haga puede
quedar bien, sin saber cómo lo hizo.
Aunque seguramente
quedaría mal.
Se opina de las cosas
como si padecieran orfandad histórica.
Si como para hablar
de cine bastara con conocer a Tarantino, y fuera innecesario saber quién es
Ingmar Bergman, o Federico Fellini.
Lo contemporáneo divorciado del referente
hace creer en una especie de generación espontánea de todo. El pasado es algo innecesario para comprender
el presente.
Nada se
interrelaciona, todo está en la nube y se toma solo lo que sirve sin necesidad
de ligarlo a nada. De dónde eran mis abuelos no tiene importancia, lo
importante es de dónde soy yo. Se rompe con el pasado como si no valiera la
pena revisarlo para entender el presente. Se proyecta el futuro como una
ilusión garantizada y sin contratiempos. El resultado es un limbo saturado de
inmediatez y banalidad. Un vacío crónico
de sentido y su proporcional insaciabilidad.
Los buscadores de la
verdad han sido los precursores del pensamiento humano. Entre esos buscadores
puede mencionarse a: Sócrates, Cristo, Galileo Galilei, Copérnico, Darwin,
Freud, Servet, Giordano Bruno, Marx, Platón, Sartre, Gandhi, Ibsen, Hipatia,
Marie Curie, Rosa Luxemburgo, Sor Juana, Rosa Parks entre muchos otros.
Muchos fueron
asesinados por poner en evidencia el error del rebaño que siempre es mayoría y
se contenta viviendo en el equívoco por comodidad y flojera. El valor de decir
que la mayoría ejerce un error permanente puede costar la vida.
La revelación suele
ser desafortunada tanto para el que revela como para el ignorante. Prometeo es
un claro ejemplo.
La necesidad de
sacrilegio impuesta al individuo de aspiraciones titánicas. Incomprendido por
los mortales, castigado por los dioses.
El ignorante no se
contenta con la revelación de una verdad, y cambia noblemente, al contrario, se siente profundamente ofendido
por el agravio y el atrevimiento que lo deja en evidencia, no es susceptible de
gratitud y contento al descubrir el equívoco y actuar sobre él como sea
conveniente. No.
La ofensa es
imperdonable. La mentira ofende a la verdad, pero nada es más peligroso que
cuando la verdad ofende a la mentira.
La permisividad con
la que hoy se legítima la imbecilidad es una prueba más de la falsa libertad
con la que se promueve la afirmación de la personalidad.
Los relativistas no
quieren saber por comodidad. Ignorar es el estado ideal, manifestar la
ignorancia como acto de libertad es un mecanismo que busca la estandarización.
Si la ignorancia prevalece, qué más da ignorar mucho o poco.
Si la mediocridad garantiza la ignorancia, para qué saber.
Es muy cómoda la
posición de abstenerse de buscar la verdad si como falso principio dicha verdad
no existe. Los grandes pensadores y filósofos lo han sabido, sin embargo es
impensable dejar de buscarla.
Si la búsqueda de la
verdad no tiene sentido, el engaño encuentra el campo más fértil que nunca para
sembrar equívocos como verdades. El relativismo reduce, discrimina, calumnia,
ignora, usa el sinsentido contra la razón. Si todo vale, el sinsentido se apodera
de las reglas, no hay trampa, no hay mentira. Es la manera más cómoda de
padecer idiotez y confundirla con genialidad.
Conlleva al
escepticismo, subjetivismo y emotivismo.
Sostiene como legítima
la imposibilidad de empatía, ¿cómo discurrir sobre un acontecimiento en otro
continente, si no es posible saber con certeza lo que sucede? Bajo esta premisa
el silencio total y absoluto es la mejor postura. Si no afecta directamente
para qué molestarse.
La contradicción del
relativismo, radica en afirmar como verdad, que la verdad no existe.
La verdad une a pocos,
el relativismo separa a todos.
El relativista no
procura el diálogo, impone la imposibilidad de verdad como fundamentalismo.
La verdad no busca
imponerse, la verdad no persigue adeptos.
Quien la siente, la
busca.
Máximo D'Elía Leyton.