“La verdad tiene a
muchos en su contra, la mentira a muchos a su favor”
Antonio de Montesinos. 1511
Se retira un
imprescindible revolucionario cubano,latinoamericano.
Logra como resultado
de lucha, convicción y resistencia, un pueblo respetado, un pueblo admirado y
soberano. Detractores o simpatizantes… cubanos.
La cubanidad hoy,
como consecuencia de la revolución, es sinónimo de dignidad.
El tránsito de las
grandes hazañas ha sido, es y siempre será difícil.
Esto lo saben los llamados
a las hazañas, los demás no lo saben.
Poner en evidencia la
perversión del orden establecido, no lo perdonan los imperios, ni los antiguos,
ni los modernos.
Aquellos que suelen
poner en evidencia el error crónico de las falsas verdades, generan
controversia.
Se despide un
imprescindible. Un hombre que tomó la decisión, junto con otros grandes
hombres, de cambiar el curso de una historia ya escrita por los que suelen
escribir con antelación la historia oficial de los hechos.
Un hombre que junto a
otros grandes hombres, arriesgó su vida con el deseo de reivindicar a su
pueblo, y lo logró. Cosa rara esa de que desde los tiempos antiguos, la
integridad molesta a los que no la encuentran en el espejo.
El mundo les dio la
espalda, los embargó.
Cuba libre y sus idealistas
los pusieron en evidencia. Imperdonable.
Renovaron los colores
de los revolucionarios de ayer, hoy y mañana.
Transformaron el
paraíso de pocos en ejemplo de conciencia para todos.
Un hombre
revolucionario, cubano, latinoamericano, histórico, se retira, la dignidad de aquél
que la posea…lo absolverá.
¿Qué habremos de
hacer ahora los latinoamericanos en materia de dignidad?
Más que probado está
que ni la democracia, ni el capitalismo, ni la plutocracia dominante, busquen
la dignidad de su pueblo, de su gente,de las personas, de
los humanos.
Máximo D'Elía Leyton